Otoño, cómo afrontar mejor el cambio de estación
La llegada del otoño puede provocar desequilibrios en nuestro organismo y es importante prepararse para la llegada de la estación fría mejorando el sistema inmunológico.
La llegada del otoño puede provocar cambios de humor y algunas molestias físicas por la disminución de la temperatura, de las horas de luz y por la llegada de virus respiratorios o intestinales.
Una nutrición adecuada y un estilo de vida saludable combinados con actividad física y la cantidad adecuada de sueño mantienen el cuerpo en equilibrio incluso durante el cambio de estaciones.
Sin embargo, a veces es necesario apoyar nuestro cuerpo ayudándolo a elevar el sistema inmunológico.
¿Cuáles son los signos de un desequilibrio por el cambio de estación?
El primer signo está representado por una mayor dificultad para dormir causada por una alteración de los ciclos circadianos y por tanto de la producción de melatonina.
También pueden aparecer ansiedad, dolor de cabeza, irritabilidad y astenia, síntomas temporales para los que existen remedios sencillos.
Aumentar la ingesta de vitaminas del grupo B (presente en cereales, huevos, pescado) favorece un correcto metabolismo energético.
La vitamina C (presente en los cítricos, los kiwis) ayuda a reducir el estrés y la fatiga y fortalece el sistema inmunológico.
También es importante aumentar la cantidad de aminoácidos como el triptófano, el aminoácido precursor de la serotonina, conocida como la "hormona del buen humor". El triptófano se encuentra en los alimentos ricos en proteínas, pero también se puede tomar en forma de suplementos.
También es recomendable reducir el consumo de azúcares y alcohol y realizar actividad física para combatir el sedentarismo y mejorar el estado de ánimo.
Ayuda a nuestras defensas inmunitarias
Para aumentar las defensas de nuestro organismo, la naturaleza nos proporciona una serie de sustancias beneficiosas para nuestro organismo.
La equinácea, una flor con propiedades antiinflamatorias y antibacterianas rica en polifenoles y vitaminas, la acerola y la rosa canina, ricas en vitaminas y carotenoides nos ayudan a reforzar nuestras defensas.
El zinc es un mineral muy importante para la síntesis de las vitaminas B y A, pero también para combatir los virus de la gripe y las infecciones bacterianas.
También es fundamental proteger la flora bacteriana intestinal, una de las principales defensas frente a toxinas, bacterias y virus a través de la ingesta de fermentos lácticos y probióticos.
Una adecuada hidratación y depuración del organismo ayuda a eliminar las toxinas haciendo nuestro organismo más fuerte y preparado para repeler las agresiones de los agentes externos.
Con la llegada del frío, puede resultar agradable disfrutar de tisanas depurativas que, además de relajarnos y calentarnos, nos ayudan a eliminar las toxinas acumuladas durante el día.